Si la pruebas, tengo para ti siete cosas seguras:
- Una vida llena de sufrimiento.
- Te alejaré de tus seres queridos.
- Prometo destruirte emocional y físicamente.
- Haré que te despiertes pensando solo en mí y me busques con desesperación.
- Te aseguro que llegará el momento en que solo desearás morir.
- Nunca podrás saciarte.
- Podés robar y hasta matar para conseguirme.
Por eso, ahora me despido y te dejo mi dirección:
CEMENTERIO, CÁRCEL, HOSPITALES.
Mejor piensa bien si me vas a tocar, sabes que no es mentira.
Probar las drogas puede tener consecuencias significativas y perjudiciales para la salud física, mental y social de una persona. Más allá del placer momentáneo que algunas drogas pueden proporcionar, existe un riesgo considerable de adicción, daño cerebral, trastornos mentales y problemas sociales.
En el aspecto físico, muchas drogas tienen efectos tóxicos que pueden dañar órganos vitales, causar enfermedades y debilitar el sistema inmunológico. Además, el riesgo de sobredosis siempre está presente, especialmente con sustancias más potentes o desconocidas.
Desde el punto de vista mental, las drogas pueden alterar la química cerebral y provocar trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión o incluso psicosis. El impacto en la salud mental puede ser duradero y dificultar el funcionamiento normal en la vida cotidiana.
Socialmente, el consumo de drogas puede tener consecuencias devastadoras en las relaciones personales, el empleo y la educación. La adicción a menudo conduce a un aislamiento social y a la pérdida de conexiones significativas. Además, el uso de drogas puede llevar a comportamientos delictivos, con todas las consecuencias legales asociadas.
Es esencial reconocer que probar drogas no solo afecta a la persona directamente involucrada, sino también a su entorno, como familiares y amigos. Por lo tanto, es crucial tomar decisiones informadas y conscientes sobre el uso de sustancias, considerando las implicaciones a corto y largo plazo tanto para uno mismo como para aquellos que nos rodean.
La prevención y la educación son herramientas clave para evitar el daño asociado con el consumo de drogas y promover un estilo de vida saludable.























